La perseverancia es la virtud de virtudes. Es la primo-hermana de la fe, es el motor que nos impulsa a luchar, a mantenernos en el ring, aun cuando queramos arrojar la toalla. En definitiva, es la virtud del hombre de negocios, del emprendedor que no está conforme con lo que gana en su trabajo de 9 a 5, de aquel o de aquella que quiere compartir más tiempo con su familia.
Es el material del que están hechos los hombres y las mujeres exitosos. Es tan necesaria como el aire y tan multi-usos como el agua, por eso decidí dedicarle este pequeño poema.
He aquí un poema para la perseverancia.
Perseverancia.
Nunca mueras
y si has de morir
sé lo último que muera
porque si mueres antes de tiempo
quien te pierde ya hace rato
habría muerto.
Vive siempre
en todo aquel
que materializa sus sueños
serás su espada, su escudo
el canal de todos
sus esfuerzos.
Y cuando él o ella
esté apunto
de lograr su meta
verá como desde el principio
fuiste el imán
para el éxito.
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